Una de las dudas que asaltan a peregrinos primerizos es si van a ser capaces de aguantar con garantías este gran reto que supone peregrinar y si necesitan alguna preparación física para el Camino de Santiago.
Con estas lineas trataremos de establecer una serie de recomendaciones generales con las que prepararte previamente y que harán de tu Camino con El Camino Areté una experiencia mucho más placentera y satisfactoria, evitando así una mala planificación.
Consejos básicos
En primer lugar, se recomienda empezar la preparación física con una antelación previa de un mese, en el cual se realizarán paseos cortos de forma que se empiece con una frecuencia en torno a los 2-3 paseos semanales.
Iremos aumentando progresivamente estos paseos hasta llegar a la última semana con paseos diarios y distancias iguales a la media de tus etapas, siempre tratando de utilizar el calzado elegido para el Camino, con el objetivo de que te vayas acostumbrando poco a poco y no aparezcan las temidas ampollas en el momento menos indicado.
También será de gran ayuda acompañar estos paseos con sesiones complementarias de gimnasia, de forma que tonifiques tu cuerpo y los músculos ganen elasticidad, evitando problemas musculares o articulares en el futuro.
Además, en la medida de lo posible, alguna de estas caminatas deberás hacerla por algún monte cercano, de forma que te vayas haciendo a las múltiples subidas y bajadas que te encontrarás.
Elije bien tu equipo
Es muy importante que te acostumbres al calzado que vayas a llevar y a la ropa. Con lo que sera muy recomendable usar el mismo en los entrenamientos. Busca lo que te haga sentirte cómodo.
No olvides nunca
Finalmente, resulta fundamental estirar bien, tanto antes como después de la etapa, especialmente gemelos, isquiotibiales y cuádriceps, puesto que las piernas serán las que más sufran las temidas agujetas, pero sin olvidar los demás músculos y articulaciones del cuerpo.
¿Listo para caminar con El Camino Areté?